Aprendizaje del niño zurdo

Publicado el 8 de junio de 2016

Se calcula que existen más 200 millones de zurdos repartidos por el planeta y se sabe que, durante siglos, los niños con esta condición eran obligados a convertirse en diestros, como si se tratara de un problema a corregir. Hoy se tiene certeza de que no corresponde a una anormalidad y es así como existen tijeras y útiles escolares especiales para quienes utilizan la mano izquierda.

Se estima que, del total de recién nacidos, los zurdos rondan el 25%. Sin embargo, durante la infancia esa proporción desciende hasta un 10% por aquellos que pasan a ser diestros. Otra estadística dice que la mayoría de los zurdos manuales lo son también oculares y que un gran número de diestros utiliza preferentemente el ojo izquierdo cuando necesita emplear uno de ellos, por ejemplo, al enfocar con una cámara fotográfica.

Como sea, lo claro es que la lateralidad se define entre los tres y cinco años, y en un niño menor de tres años el uso de manos es indiferenciado, esto es, a veces utilizan la izquierda y otras la derecha, según explica la doctora Viviana Venegas, neuróloga infantil de Clínica Alemana.

Por eso se puede afirmar con mayor seguridad que los niños son zurdos a partir de su ingreso al colegio. “Normalmente, son ambidiestros hasta los tres o cuatro años, por lo que hay que observar y prestar atención con qué mano, pie y ojo se desarrolla en las actividades cotidianas y cuál es su preferencia, como, por ejemplo, al peinarse, lavarse los dientes, comer, hacer fuerza, chutear la pelota, dibujar, recoger cosas, cortar con tijeras, etc. A partir de su ingreso al colegio, utilizarán sus manos con mayor frecuencia para trabajos específicos y se podrá definir y determinar si son zurdos o diestros. Solo alrededor de los seis años, al inicio de la enseñanza básica, se tiene certeza respecto de si el niño es diestro o zurdo, porque debe optar por una mano dominante para la escritura”, comenta María Elena Phillips, profesora de enseñanza básica y Magíster en Psicopedagogía.

Patricia Celedón, educadora diferencial, especialista en trastorno de audición y lenguaje (TAL) y directora del Centro Re-activa, complementa: “Entre los seis y siete años, se automatiza la preferencia de una mitad lateral del cuerpo frente a la otra, lo que neurológicamente se explica por el predominio de un hemisferio cerebral sobre otro. Tanto los niños diestros como los zurdos, se definen a través del mismo procedimiento. Las señales más claras de dicha dominancia consisten en el uso y manipulación de objetos familiares o frecuentes con uno de los lados del cuerpo, derecho (diestro) o izquierdo (zurdo). Antes de los cuatro años, los niños experimentan el uso de objetos o movimientos indistintamente con ambas manos, lo que les permite identificar y contrastar lo que les resulta más eficiente. A medida que utilizan de manera alternada ambos lados de su cuerpo, van desarrollando naturalmente una preferencia instrumental que automatizan alrededor de los seis años y medio o siete años.

Ni bueno ni malo

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La lateralidad zurda, es decir, preferir el uso de la mano izquierda, es una condición vinculada con la dominancia hemisférica cerebral. Para mayor claridad, la doctora Venegas especifica: “En el cerebro existen dos hemisferios (derecho e izquierdo), que dirigen en forma cruzada la motricidad y funciones del hemicuerpo izquierdo y derecho, respectivamente. Así, la dominancia hemisférica determina no solo la lateralidad o preferencia en el uso de la mano izquierda, sino también en el ojo, oído y pie. Esta lateralidad puede ser claramente definida en todas las funciones o puede ser cruzada, cuando el paciente presenta lateralidad zurda en mano y derecha en ojo y pie, o viceversa. Las personas definidas como zurdas tienen una lateralidad zurda en mano, pie, ojo y oído. Su habilidad motora es mayor en el hemicuerpo izquierdo, es decir, desarrollan con mayor facilidad las actividades y deportes con las extremidades de ese lado (tenis y fútbol, entre otros). Sin embargo, cuando un paciente presenta lateralidad cruzada, puede escribir con la mano izquierda y tener mayor habilidad para chutear con la pierna derecha, pero no significa que será más hábil que un diestro por tener esta condición”.

De esta forma, se entiende que ser zurdo es una condición de nacimiento, ni buena ni mala. “Es una característica más del ser humano, que existe por la disposición que tiene el cerebro. Implica que en las personas zurdas, el hemisferio cerebral derecho sea el responsable del desarrollo de habilidades como la música, arte, creatividad, opinión, emociones, genio; aquí está el modo de pensamiento holístico. Esta dominación del cerebro hace a los zurdos ser pensadores probablemente más creativos y visuales que los diestros. Algo que es confirmado por un mayor porcentaje de lo normal de zurdos en trabajos y profesiones como la música y las artes en general. Los zurdos presentan mayores habilidades en la percepción y el pensamiento tridimensional, generando más profesionales arquitectos y deportistas, por una mayor coordinación entre mano y ojo”, afirma María Elena Phillips.

La especialista comenta que en algún momento de la historia se veía a los zurdos como ‘raros’, defectuosos, etc., y en ciertos lugares, incluso, los quemaban. “Más adelante, se pensó que eran más inteligentes que los diestros, ya que eran muy creativos y grandes personajes de la historia tenían dicha condición. Hoy, en tanto, se piensa que zurdos y diestros pueden aprender de la misma forma y cada uno puede ser tanto o más inteligente que otro por diversos motivos: genéticos, emocionales, sociales, etc.”, comenta la educadora.

“Lo que determina el aprendizaje en los niños es su grado de organización, autocontrol y creatividad para enfrentar los estímulos, por lo que su predominio lateral no tiene que ver con el éxito o fracaso de su aprendizaje, sino las experiencias que le permitieron definir su lateralidad. No logran el mismo éxito de aprendizaje aquellos niños que no tienen definida su lateralidad al momento de enfrentar actividades más complejas (como la lectura y escritura), ya que no logran eficiencia al relacionar información recogida de la percepción del entorno, lo que requiere desarrollo de conciencia y control corporal, y concepto del espacio”, aclara Patricia Celedón.

Posibles dificultades en el aprendizaje

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Un niño zurdo puede verse afectado y en desventaja ante los diestros por la ausencia de modelos para el aprendizaje, ya que en general las educadoras y profesoras son diestras. “Por lo tanto, la enseñanza está dirigida a personas de esta misma condición y los ejemplos también son dados desde el mundo de los diestros”, dice María Elena Phillips. La psicopedagoga advierte además de:

  • Mayor probabilidad de toparse con problemas de adaptación si los adultos no estamos atentos a sus necesidades, los niños zurdos, de alguna manera, ven el mundo desde otra perspectiva.
  • El uso de materiales inadecuados hará que el niño requiera mayor tiempo de adaptación para el logro del aprendizaje con mayor perfección y prolijidad. Principalmente el uso de mesas o tijeras.
  • Dificultades en el aprendizaje de los procesos de escritura, lectura y lenguaje, en general. Cuando a los zurdos se les obliga a usar la mano derecha, a algunos de ellos se les dificulta la forma en que funciona su cerebro en el procesamiento de la información verbal y en la traducción de los símbolos y los sonidos, porque, al no poder usar el lado de su cuerpo dominante, se produce ansiedad y mucha inseguridad.
  • Dificultades y torpeza grafo-motriz, ya que tienden a adoptar una postura corporal especial lo que ocasiona que se cansen más.

Patricia Celedón concuerda respecto de la necesidad de lidiar con el diseño de mobiliario y utensilios no adecuados a su predominio lateral, encontrándose la mayoría de ellos diseñados para diestros. Hablamos, entre otros, de tijeras, anillados de cuadernos, sillas con mesas a su derecha, etc. La especialista agrega otros varios aspectos prácticos en la vida escolar que no favorecen a los niños zurdos: “El primero es la falta de información general de la población que tiene ideas prejuiciosas en relación a los zurdos, tendiendo a obligar al uso del lado derecho por sobre la preferencia natural, inhibiendo sus aprendizajes. Incluso hay dichos que revelan tendencia a atribuirlo como negativo: te levantaste con el pie izquierdo , por ejemplo”.

La psicopedagoga advierte, además, sobre la escritura: “En el lenguaje escrito en nuestro idioma castellano, la organización de los movimientos es de izquierda a derecha, de modo que el zurdo muchas veces va tapando lo que escribe sin tener la misma perspectiva que los diestros, lo que lleva a los niños a adecuar su postura con el objeto de no tapar lo que escribe, llegando, en ocasiones, a invertir mucha energía en movimientos incómodos con el fin de visualizar sus escritos”.

Mejor desempeño en el colegio

La neuróloga Viviana Venegas sugiere que a los niños zurdos no definidos o cruzados, que presenten dificultades escolares, se les ubique en la sala de clases para reforzar su lado dominante, previa evaluación. “Debe realizarse en el colegio una observación dirigida para ver la dominancia en casos dudosos, ya que el forzar el uso de una u otra mano en la escritura puede condicionar dificultades en el desempeño escolar futuro”.

María Elena Phillips sugiere comenzar por tener mucha tolerancia y paciencia por parte de padres y educadores: “Es impensable, hoy, con todos los conocimientos de la neurociencia, dejar que se las arreglen solos, hay que acostumbrarlos de poco a enfrentarse con todas las tareas y quehaceres pensados para los diestros. El niño debe tener claro que no es anormal o que posee algún defecto, por lo que no tiene por qué recibir bromas de sus compañeros. El docente debe preocuparse de dar las instrucciones de modelaje de escritura para diestros y zurdos, con el fin de facilitar su ejecución. También es necesario enseñarles a encontrar una postura confortable, que les permita escribir de forma natural, sin estar rígido y adquirir una posición de la mano que no los fatigue; dar pautas para la posición de la postura de la mano y toma del lápiz, posición e inclinación de la hoja.

¿Sirven los útiles escolares para zurdos?

Según la doctora Venegas, los niños zurdos pueden contar con útiles y materiales escolares especiales, para favorecer sus actividades motoras, por ejemplo, el uso de tijeras especiales. La psicopedagoga Celedón afirma que resulta muy útil buscar esos utensilios, porque permiten las mismas ventajas que a sus iguales diestros, acomodando su entorno a su forma de abordarlo.

En el caso de que la dificultad sea mucha, se sugiere que el niño use los materiales que están en el mercado para zurdos, porque así recuperan la confianza y seguridad en cuanto a que puede trabajar adecuadamente con su mano, obteniendo resultados tan buenos como sus compañeros. María Elena Phillips comenta: “Se ha comprobado que el uso de objetos y mobiliarios son recomendables ya que, internamente, su cerebro se rige por el hemisferio derecho, por lo tanto, les facilita la tarea en los trabajos de la vida diaria y en los escolares principalmente. Por lo tanto, cualquier aporte que permita igualdad de condiciones y comodidad en las actividades debiera ofrecerse y promoverse.

Paula Reyes Naranjo Periodista